El viajero encuentra en esta tierra el abolengo de gentes sencillas, de gran corazón, amables y acogedoras. Y si te atreves te desafiamos a que vivas 24 horas sin suministro eléctrico, a la antigua usanza (cocinando en la lumbre, preparando conservas que podrás llevarte a casa)
¡Redescubrirás el placer de conversar en torno al fuego o en el frescor del patio!