El último fin de semana de abril es la romería de Nuestra Señora de Gracia de la Alcantarilla una de las más importantes del valle de los pedroches, con más de 800 años de historia.
Miles de romeros se dirigen el sábado a primera hora de la mañana a las inmediaciones de la ermita. A las 12 de la mañana se produce la ofrenda de flores donde decenas de personas le muestran su cariño a la chiquinina, como popularmente se le conoce a la patrona de Belalcázar, regalándole grandes ramos de flores.
Por la noche se produce la misa en las inmediaciones de las ermita donde acompañan a la virgen centenares de personas. Tras la misa, los caminos de la ermita se convierten en una gran serpiente de antorchas donde la virgen va a ver a todos sus devotos, mientras al lado del río Zújar, se ve gran número de fuegos artificiales.
Cuando la virgen entra en la ermita, comienza la verbena en las casetas y, al amanecer, comienza la misa rociera. Tras finalizar esta, comienza el largo camino de la chiquinina a su pueblo en el que miles de romeros acompañan a la virgen a pie.
Su primera parada la hace en el río Zújar donde las andas de la virgen son adornadas con decenas de cintas de colores, las cuales cogen los romeros.
Tras este descanso la virgen cruza el río Zújar donde sus devotos se mojan hasta el pecho para que ni una gota de agua moje a la chiquinina. Después la virgen llega a las lastras donde tiene otra pequeña ermita en la cual pasa el resto del día hasta las 6 que emprende otra vez su camino.
Al llegar a la localidad, la virgen espera en la fuente vieja hasta la 10 y media, hora en la que todas las cofradías de la villa y decenas de mujeres ataviadas con trajes típicos, le dan la bienvenida acompañada de una banda de tambores y cornetas en la procesión hasta la iglesia las calles de esta localidad son adornadas con banderines y pancartas, indicándole el camino a la madre de dios.
Al llegar a la plaza miles de romeros esperan ansiosos por ver la llegada de su patrona, desde el balcón del ayuntamiento miles de pétalos son arrojados a las andas de la chiquinina.
Después, un gran castillo de fuegos artificiales pone el broche final a estos dos días de fiesta en los cuales los belalcazareños y los visitantes han vivido grandes momentos de emociones junto a la madre de Dios.
Al entrar la virgen en la iglesia, se le canta la salve y se produce el besamantos a la patrona.