El sábado anterior al primer domingo de mayo, al atardecer, las estancias donde se ha adornado cada cruz abren sus puertas para dejar contemplar todo el arte popular plasmado en minuciosos y barrocos adornos de los más diversos tejidos. El gran predominio del color blanco junto con la iluminación consiguen escenas resplandecientes que impactan al visitante.
Se visten tres modalidades de cruces: las interiores, dentro de algunas casas; las exteriores, que son de granito y se encuentran en calles y plazas; y las infantiles decoradas por los niños.
En la actualidad, la Fiesta de la Cruz, declarada Fiesta de Interés Turístico de Andalucía, es una exaltación a la naturaleza y festeja la entrada de mayo.
ORÍGENES
Las raíces históricas de la fiesta de la Cruz en el pueblo de Añora no están definidas en su origen con precisión y se pierden, sin duda, en la noche de los tiempos, pues no existe una documentación precisa y fehaciente de carácter histórico que enmarque en una fecha aproximada los inicios de esta fiesta tan singular. Aún así, existen distintas señales, a nivel comarcal, que pueden dar una noticia aproximada de cuando empezó a celebrarse este evento religioso-festivo en la zona de los Pedroches, aunque tampoco podría definirse con mucha nitidez la fecha exacta de su iniciación. Si tomamos algún dato en un plano general, los escritos más antiguos que podemos hallar en torno a la fiesta de la Cruz se remontan al siglo XVIII y se nos dice en ellos que esta celebración estaba muy extendida por toda España durante el citado siglo. No obstante, según algunos escritos existían variaciones bastante apreciables entre las celebraciones de la Fiesta de la Cruz en unos y otros lugares del país, aunque sus motivos principales y esenciales fuesen los mismos repitiéndose, por ello, elementos idénticos del festejo en todas partes. El motivo esencial del evento religioso-popular se centraba en el adorno de una cruz de tamaño natural, algunas veces más reducido, dentro de una casa o en el exterior, en algún rincón de calle o plaza. Consistían los adornos en colocar en la cruz, o en torno a ella, distintas plantas o flores, collares, cuadros, etc…
Ahondando aún más en su origen, según algunas teorías más o menos discutibles, la celebración de la fiesta de la Cruz, a nivel general, pudo haberse iniciado mediante la transformación de una fiesta pagana en la cual se ofrecía un culto al árbol, como elemento simbólico de la Naturaleza, que se solía celebrar a la entrada de mayo. Fue llegado a un punto cuando las autoridades eclesiásticas, en un momento impreciso, tomaron su empeño en transformar la fiesta pagana del culto a un árbol en la del culto a la santísima cruz. Con ello, se pretendía hacer desaparecer todas las supersticiones y creencias paganas que giraban en torno a la fiesta popular, sustituyendo un símbolo de la Naturaleza por otro de carácter sagrado y espiritual. Dicho intento de transformar una fiesta en otra se puede apreciar perfectamente en un documento del siglo XVIII, donde se contempla como el Conde de Aranda, en el año 1769, proclama en la Sala de Alcaldes de la Casa y Corte de Madrid que “no habiendo bastado las providencias que antes de ahora se han tomado para exterminar el rústico abuso de las que con nombre de mayas se ponen en las calles causando irrisión y fastidio a las gentes”. En aquellos momentos, la Sala tomaría distintas medidas que conducirían a la suspensión de estas prácticas populares. Unos años después, Carlos III dictaría una Cédula Real en este sentido, prohibiendo la celebración de las Mayas.A partir de entonces, sobre todo a lo largo del siglo XIX, comenzaron a fundirse, o a confundirse, la tradición popular de las Mayas con la celebración de la Cruz propiamente dicha. Y de esta fusión de celebraciones pagana y religiosa fue naciendo el carácter festivo, y al mismo tiempo sagrado, que define en la actualidad la celebración del Día de la Cruz; resumiendo, puede decirse que hubo un punto impreciso en el que el símbolo del mayo árbol se transformó en el de mayo-cruz. De todas maneras, contribuyó a esta transformación la coincidencia cronológica de ambos festejos, el pagano y el religioso y, asimismo, la coincidencia de sus motivaciones. El pueblo, siempre sabio, supo acoger a una fiesta nueva -la religiosa- que tenía mucho que ver con su fiesta ancestral.
En cuanto a la celebración del Día de la Cruz en el pueblo de Añora no resulta fácil datar su origen, como antes dijimos, dado que no existen documentos que atestigüen los primeros inicios de una fiesta tan enraizada en la localidad. Aún así, se sabe muy bien que el culto a la Cruz estaba muy arraigado en toda la comarca de los Pedroches desde muy antiguo, como lo demuestra algún dato concreto referente a algunos pueblos de la zona; así tenemos, por ejemplo, en el Guijo la veneración que se le tiene a la Virgen de las Tres Cruces, una advocación compartida con Santa Eufemia y Torrecampo por haber librado a los tres pueblos de la peste en el año 1649. Por otro lado, en la localidad de Dos Torres se conservaba una cruz guarnecida de reliquias en la ermita de Nuestra Señora de Loreto. Según los escritos, esta cruz fue una dádiva del Papa Gregorio XIII (1572-1585) al doctor Cornejo, médico natural de Dos Torres, como agradecimiento por haberle curado de una enfermedad muy peligrosa. Según las noticias, dicho regalo pudo haber contenido un lignum crucis, lo cual podría haber significado un elemento muy importante en el desarrollo y fomento del culto a la Cruz en la comarca de los Pedroches.
Referente al origen de la veneración de la Cruz en Añora, la fecha inicial del acto litúrgico de la Cruz no puede variar mucho del siglo XVI, cuando tuvo lugar la fundación de la Cofradía de l a Vera Cruz en Córdoba y, poco a poco, se fue extendiendo por diversos pueblos de la provincia, llegando, probablemente, a la localidad de Añora a mediados del citado siglo. En relación con la costumbre de vestir cruces parece ser que, en un principio, se solía hacer a modo de exvoto o agradecimiento religioso y eran muy frecuentes las cruces hechas por promesa. De todas maneras, lo que llama la atención es que un festejo de raíces eminentemente religiosas, puesto que en el mismo se utilizaba el símbolo esencial del cristianismo, desde su inicio adquirió un carácter eminentemente festivo y popular, exento de todo acompañamiento religioso, aunque si se dio en un principio la circunstancia de que, con motivo de la fiesta, se sacara una gran cruz de madera en procesión. Otra característica del festejo es que, en otro tiempo, cuando la cruz se vestía de un modo más sencillo, la celebración sólo duraba hasta la medianoche y, durante la velada, las mujeres rezaban las denominadas Mil Avemarías.
Después, con el tiempo, la fiesta de la Cruz en Añora acabó perdiendo su carácter religioso y, en la actualidad, de no existir la cruz como símbolo central del festejo nada indicaría que la celebración tenga algo que ver con un hecho religioso, sino más bien con un evento folclórico y de carácter festivo que volvió a adquirir su carácter primigenio, el que, hace ya varios siglos, exaltaba la naturaleza y la entrada de mayo en la imagen del árbol como un símbolo mágico exento de religiosidad, aunque tampoco olviden los noriegos que el carácter esencial de esta fiesta singularísima gira en torno a la exaltación de la Santa Cruz.
Fuente: La Fiesta de la Cruz en Añora, Colectivo Cultural Cangilón. Ensayo sobre fiestas populares de Los Pedroches, Antonio Merino Madrid