- Época: otoño, invierno, primavera y verano.
- Franja horaria: todo el día.
- Acceso: coche, bici, a pie.
- Equipo óptico: prismáticos.
- Grupo de aves observables: rapaces diurnas, vencejos, paseriformes, picos, rapaces nocturnas, garzas.
- ¿Cómo llegar?
Aunque hay dos caminos que usan los romeros para acceder desde las localidades de Pozoblanco y Villanueva de Córdoba hasta el santuario, el acceso más cómodo y directo es tomar la A-420. A 14 km desde Pozoblanco, y 5 desde Villanueva, nos encontraremos con un desvío de donde sale la CO-6100, que tras un recorrido de 3 km nos llevará directamente al santuario.
El acceso en bicicleta o a pié puede realizarse desde Pozoblanco o desde Villanueva de Córdoba, siguiendo los caminos que usan los romeros.
- Descripción del PIOP.
La llegada al santuario por el camino que va desde Pozoblanco se realiza por una loma que permite descubrir centenares de hectáreas de una magnífica dehesa. Incluso podemos apreciar Sierra Madrona.
El santuario se sitúa en una amplia explanada rodeada por encinas y un sistema de cercas de piedra. También es digno de reseñar, desde el punto de vista geológico, los grandes afloramientos de roca granítica que se encuentran próximos al santuario y rodeándolo.
En el santuario, además de los dos caminos principales que vienen desde las localidades de Pozoblanco y Villanueva de Córdoba, existe una compleja y extensa red de caminos, todos ellos bordeados por cercados de piedra en muy buen estado de conservación. Entre estos caminos hay que reseñar la vía pecuaria que une Pozoblanco con Adamuz, la cual está experimentando en los últimos años un auge desde el punto de vista del turismo rural.
Aunque no hay ningún punto exacto en el que hallemos una elevada concentración de especies, podemos observar los paseriformes típicos de la dehesa, como Carbonero común, Herrerillo común, Rabilargo ibérico, Pito real ibérico y Petirrojo europeo. Aves de zonas más aclaradas como Triguero, Cogujada común, Alondra común; rapaces como Milano negro, Milano real, Busardo ratonero, Buitre leonado, Buitre negro, estos últimos procedentes del cercano Valle de Alcudia, Sierra Madrona y la lejana Sierra de Hornachuelos.
En las cercanías al santuario, pero ya en fincas particulares, podemos observar balsas de agua para el ganado donde se concentran Ánades reales, Gallinetas comunes y en ocasiones Cigüeñuelas comunes.
- Con otra óptica… Santuario Virgen de Luna.
La ermita de la Virgen de Luna tiene su origen a mediados del siglo XV, aunque ha sufrido numerosas remodelaciones, quedando poco de su antigua fábrica.
Según relata la tradición popular, su origen puede entenderse de la siguiente manera:
“Muchos años ha, había en Pedroche un pastorcillo que salía todas las mañanas en busca de hierba fresca para sus ovejas, acompañado de su inseparable zurrón y su borreguito “Lucero”, de color canela con pintas blancas.
Una mañana “Lucero” se extravió y el pastorcillo fue en su busca. En su búsqueda le pareció ver algo extraño en una encina. Al acercarse, el pastorcillo comprobó que aquello extraño que vio en la encina era la Virgen. Lleno de excitación, se marchó a su pueblo y se lo contó a sus paisanos. Ellos, llenos de incredulidad, le dijeron que no contara mentiras, que era imposible que un pastorcillo como él viera a la Virgen.
Al día siguiente, el pastorcillo se dirigió al mismo lugar y la Virgen estaba allí de nuevo. Para demostrarle a sus paisanos que no era un mentiroso, cogió la Virgen y la metió en su zurrón. Cuando acabó el día y llegó a Pedroche, convocó a sus vecinos para enseñarles la Virgen y así demostrar que no mentía. Pero, sorprendentemente, cuando abrió el zurrón la Virgen ya no estaba allí.
Al día siguiente fue de nuevo a buscar a la Virgen, y se encontraba en la misma encina donde la encontró el primer día. Nuevamente la cogió para llevarla a su pueblo y mostrarla. Pero cuando llegó y nuevamente convocó a sus vecinos, ocurrió lo mismo que el día anterior: la Virgen ya no estaba allí.
Al día siguiente nuevamente fue a buscarla, pero esta vez le preguntó a la Virgen que por qué se salía de su zurrón. Ella le contestó que no quería moverse de allí, y que le gustaría que construyeran un santuario para que la gente pudiera ir allí a verla”.
Según narra este cuento popular, este es el origen del santuario de la Virgen de Luna. Y la encina donde supuestamente el pastorcillo encontró a la Virgen, se encuentra situada en un lateral de la ermita. La curiosidad de este árbol es que las bellotas tienen una mancha características en su superficie, que recuerda vagamente a la silueta de la Virgen de Luna.