Declarado Monumento en 2008. Creado en 1.524 a petición del pueblo y fundado por monjas de Santa Clara de la Columna de Belalcázar. Delante se abre un patio amplio con pórtico de columnas sencillas al que se accede por una puerta al exterior de tradición gótica. En sus mejores tiempos fue vivero espiritual del que saldrían Abadesas y fundadoras de otros varios de la provincia, alcanzando parecida fama a la del cercano Nuestra Señora del Socorro. La incansable labor apostólica y el decidido apoyo del V. P. Francisco de los Ángeles y Quiñones, halló en la comarca un propicio caldo de cultivo en el que fructificaron los postulados de la orden Franciscana.
Formados en 1509 los «recogimientos» de los cercanos pueblos de Torrefranca y Fuente Obejuna y bajo la influencia del entonces pujante convento de Nuestra Señora del Socorro, no es de extrañar que en Pedroche naciese un nuevo «recogimiento» de beatas, embrión del futuro convento. Este nuevo «beaterio» comienza su andadura con el patrimonio particular de cada una de las mujeres congregadas, y pronto es apoyado decididamente por el concejo y vecinos de la Villa. Recibe la bendición del V. P. Fray Francisco de los Ángeles, quien no tarda en aprobar la idea y en 1514, les envía las Constituciones y Reglas de la Orden de la concepción, aprobadas por el recién fallecido Papa Julio II.
Inmediatamente comienzan las aportaciones y donaciones de los vecinos para la construcción del convento. En 1521 se consigue la licencia de don Diego Ponce de León, provisor y vicario general del obispo don Alonso Manrique y se inician las obras, terminando estas, dos años más tarde.
Es Fray Juan de la Serena, guardián del vecino convento de Nuestra Señora del Socorro, quien, por orden del omnipresente Fray Francisco de los Ángeles, se encarga de desplazarse a Belalcázar, para que del convento de Santa Clara exclaustre y acompañe hasta Pedroche a Sor María de San Buenaventura y Sor Catalina de San Juan, quienes, según Bula concedida por el Papa León X, fundaran, junto con las veinte congregadas en la primitiva casa «beaterio», el convento de Nuestra Señora de la Concepción.
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